miércoles, 18 de junio de 2014

Crítica, corrección.

La verdad es que escribiendo sobre lo que ha pasado hoy en el Maracana (o como se escriba), ha salido un tema que, para mi, es precioso, interesante, brutal. La crítica, la corrección. Otro modo de aprender. EL MODO de aprender, a mi modo de ver. Es doloroso, puede llegar a ser humillante. Pero ese es el modo en el que, cuando encuentras que tu orgullo ha sido tocado, cuando creías algo bien hecho y no lo está, cuando tocan la fibra sensible, es cuando aprendes. Si te importa poco, crees poco en tí o no quieres hacer las cosas bien, la crítica es lo que menos te importa en el mundo.

Personalmente, a mí las críticas en mi trabajo me calan, me empapan, y esa cosa que siento en el estómago es lo que me hace pensar por dentro "dios, mira lo que has hecho, lo has hecho tu, lo hemos hecho nosotros y pensábamos que estaba bien. Cuánto te queda por aprender. No puedes volver a cometer estos errores. Debes mejorar, no puedo volver a pasar. Bien, seguro que no pasa. Ahora, a repetirlo mejor, etc". Esa es la línea de pensamiento que pienso que hay que tener hacia y frente a la crítica y la corrección. Estoy hablando siempre de la crítica constructiva, con origen en alguien con potestad suficiente para corregir o criticar. En fin me parece curioso que sea una forma más de crear una autoexigencia estimulada por un tercero. Aprovechad las críticas. Interiorizadlas, usadlas para volveros mejor. Todo esto solo redunda en una mejora brutal.

Tengo muuucho más que decir al respecto, pero no es el momento, me lo apunto en "temas sobre los que escribir".

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