jueves, 19 de junio de 2014

"Congratulations for your new King"

Bueno, mi queridísimo primo Jose Antonio Entrenas y yo tenemos un amigo en común (uno de muuuuchos). Éste en concreto al que hago referencia es uno que conocimos en un viaje a Belfast, en Irlanda del Norte. Es de Suiza. Es una gran persona y le encanta España. Ha venido a vernos en alguna ocasión. Esta persona, este amigo nuestro, nos ha mandado un mensaje conciso y concreto pero, para mi, lleno de contenido. Ha sido un "Congratulations for your new King". Asombroso. Jamás habría pensado que mi amigo de Suiza que conocí hace 3-4 años estuviera tan al tanto de la coronación de nuestro nuevo Rey. Esto me hace pensar que ha tenido mucha más relevancia internacional de lo que nosotros lo españoles podamos pensar a priori. Mi amigo no tiene la concepción retrógrada, anacrónica de confundir lo monárquico o patriota con lo "facha". No tiene esa "experiencia heredada" de generaciones anteriores que vivieron la guerra civil. Vosotros habéis vivido eso? Todos los que no hayan vivido eso no deberían hablar como si tal. Tampoco puede llegar a entender mi amigo cómo alegrarse por la coronación del nuevo Rey de nuestro país puede ser un tema tabú. Simplemente no lo concibe. Tiene la visión de un tercero que, aunque no forma parte de la Unión Europea, tiene toda la tradición y acervo de todos los países europeos en su contexto histórico. En otros países, estas cosas suponen una auténtica celebración nacional, día de alegría y se celebra ostentosamente. Pero aquí, en España, si a uno le va mal, no puede irle bien a nadie. Aquí si uno está jodido, los demás tienen que estarlo, porque sino, no es justo. No tenemos la capacidad de alegrarnos por los demás desinteresadamente bajo ningún concepto.
En fin, que no quiero alargarme que después me llaman pesado. Que sólo quería poner de relieve que me ha chocado la sincera y amable felicitación que he recibido de un amigo por tener nuevo Monarca. Cuan diferentes somos del resto de Europa en determinados aspectos... que sociedad taaan inmadura tenemos. Que envidiosos somos. Que egoístas somos. Que infelices somos, con lo fácil que es alegrarse por las cosas y estar orgulloso. En fin, no pretendo dar un discurso promonárquico porque tampoco lo soy. Creo que soy práctico, sin más. Y en el momento que piense que la república supondría un notable cambio a mejor, la defenderé. No me gusta encasillarme cual borrico en un ideal al que he llegado a través de la adopción de los argumentos de un tercero, como le gusta hacer a la gente porque es muy cómoda. Somos muy cómodos. Reflexiona, obtén argumentos personales y crea tu propia línea de pensamiento. Así me gusta hacerlo a mí. A nadie le debo la línea de pensamiento que tengo sino a mí mismo. Soy fiel a lo que pienso, tal y como vea las cosas y el día que cambie de perspectiva, no tendré que rendirle cuentas a nadie ni habré traicionado a ningún colectivo. Es más, sólo podría traicionarme a mí mismo si caigo en el borriquismo ilustrado.
Estoy MUY contento de que me hayan felicitado por "mi nuevo Rey", la verdad. Ha sido una experiencia muy curiosa para mi y creo que también para mi primo, que es quien ha recibido la felicitación personalmente en su Whatsapp.

miércoles, 18 de junio de 2014

Crítica, corrección.

La verdad es que escribiendo sobre lo que ha pasado hoy en el Maracana (o como se escriba), ha salido un tema que, para mi, es precioso, interesante, brutal. La crítica, la corrección. Otro modo de aprender. EL MODO de aprender, a mi modo de ver. Es doloroso, puede llegar a ser humillante. Pero ese es el modo en el que, cuando encuentras que tu orgullo ha sido tocado, cuando creías algo bien hecho y no lo está, cuando tocan la fibra sensible, es cuando aprendes. Si te importa poco, crees poco en tí o no quieres hacer las cosas bien, la crítica es lo que menos te importa en el mundo.

Personalmente, a mí las críticas en mi trabajo me calan, me empapan, y esa cosa que siento en el estómago es lo que me hace pensar por dentro "dios, mira lo que has hecho, lo has hecho tu, lo hemos hecho nosotros y pensábamos que estaba bien. Cuánto te queda por aprender. No puedes volver a cometer estos errores. Debes mejorar, no puedo volver a pasar. Bien, seguro que no pasa. Ahora, a repetirlo mejor, etc". Esa es la línea de pensamiento que pienso que hay que tener hacia y frente a la crítica y la corrección. Estoy hablando siempre de la crítica constructiva, con origen en alguien con potestad suficiente para corregir o criticar. En fin me parece curioso que sea una forma más de crear una autoexigencia estimulada por un tercero. Aprovechad las críticas. Interiorizadlas, usadlas para volveros mejor. Todo esto solo redunda en una mejora brutal.

Tengo muuucho más que decir al respecto, pero no es el momento, me lo apunto en "temas sobre los que escribir".

¿Debacle nacional?

Me siento obligado a escribir al respecto. Aunque tenga pocas ganas, pero bueno, con mis Logitech G430 puestos y escuchando música, todo va mejor. Sí, mejor que oyendo al principio los patéticos comentarios grandilocuentes de los comentadores y después los mismos con tono agónico.
No soy una persona futbolera, pero como bien sabéis me preocupa mi país. Y mi país es uno en el que gran porcentaje de la población activa siente fervor por el fútbol. Un país en el que el orgullo nacional se ha sustentado estos últimos 6 años (el poco que hay) en nuestros deportistas, sobretodo en la selección española. Esta debacle puede (pienso que va a) incidir de forma decisiva en el ánimo del pueblo, su productividad, su raciocinio y la estabilidad en general.
En fin que le tocará a otros aspectos del país acarrear con las consecuencias de que el opio del pueblo esté tan adulterado como para que, si pillamos al camello, tuviéramos que absolverlo por no contener la dosis mínima para hacer algo de efecto.
Para mi no es España la que ha perdido estos dos humillantes partidos. Ha sido ESA selección, ESE equipo. Ciertamente lo que voy a decir a continuación es fruto y atrevimiento de mi supina ignorancia futbolística, y si tiene algo de cierto es por lo que pueda llegar a deducir, sin más. Pienso que ha habido presión para elegir una selección que es la que el pueblo QUERÍA VER. Quería el pueblo ver a los héroes del triplete. Quería reir y disfrutar. Negarse a dar pie a las nuevas generaciones. Lo pasado, pasado está. Hay que cambiar, limpiarse, empezar, dejar sitio. Lo que fue bonito, déjalo estar. Igual que los amores de verano se estropean más allá de septiembre, esta selección tuvo que haberse quedado allá arriba en la eurocopa y reestructurarse.
Fuera ya los análisis futbolísticos, debo decir que espero que la gente sepa tomarse esto como lo que ha sido, un corrector. Las correcciones duelen. Duelen a priori, porque deben hacerlo, porque solo así se aprende. Pero lo bonito de las críticas, de las correcciones, es el momento de autoreflexión inmediatamente posterior a la humillación. Ahí es cuando se demuestra quien es cada uno. Y podría decirlo por y para la selección, pero lo cierto es que no siento especial cariño por ellos. Siento cariño por la cantidad de gente que conozco que se de buena tinta que si a mi me ha jodido, ellos estarán masacrados moralmente.
Espero, también, que la gente no olvide que España es algo más que su selección, que no se empiece a renegar ahora del país. Que hay mucha gente puntera, magnífica, enorme en nuestro país, renombre, instituciones, y gente a la que le gusta su país que ahora vamos a quedar en segundo plano porque hay un grupo de gente que ha decidido soltar el bastón y el tacataca para ir a una competición de altísimo rendimiento a nivel mundial. Bravo por ellos. Ellos se lo guisan, ellos se lo comen. Por suerte o por desgracia, nos representan en parte. Pero nadie tiene más capacidad para representarme de la que yo le otorgue, aunque sea en la intimidad de mi pensamiento. Por tanto, mantengo la cabeza bien alta. A ver si ahora porque haya alguien que haya decdido elegir a esa gente para que me represente y esos mismos representantes hayan decidido hacer el arakiri, tenga yo que acarrear con las consecuencias. Pues no oiga, que yo sigo siendo Español, y cada día mejor y más formado. Y toda la gente puntera y que mantiene o intenta mantener a flote a España lo va a seguir haciendo mañana, y a esos nadie le dice nada. Injusticia absoluta. Sobrerepresentación del fútbol. En fin, no se, que ya empiezo a a irme por los cerros de Úbeda, como siempre me pasa. Que nada, que quito Telecirco y me pongo a jugar a algo y a escuchar música y luego a leer. Buenas noches!