martes, 12 de enero de 2016

El Orden de los placeres.

En la vida hay varios tipos de placeres. En esta ocasión voy a dividirlos por órdenes. Están los placeres de Primer Orden (divididos a su vez en Fisiológicos y Espirituales) y los de Segundo Orden (todos los demás, que a su vez, a medida que unos derivan de otros, pueden catalogarse en tercer, cuarto, quinto orden y así sucesivamente).
Bajo mi punto de vista, los placeres de Primer Orden Fisiológicos, además de ser (a menudo) los más baratos y fáciles de satisfacer, son los que mayor placer reportan, sin duda alguna. Para mí, de Primer Orden Fisiológicos son, entre otros: Dormir con sueño, comer hambriento (y beber), cagar con ganas y practicar sexo (en general, no hace falta estar cachondo).
Los de Primer Orden Espirituales sería el amor recíproco, el nacimiento/existencia de un hijo, paz espiritual derivada de la satisfacción de cualquier esquema ético/moral, blablabla (no es aquí tampoco donde quería centrarme)
Fuera de esos máximos placeres de Primer Orden se encuentran todos los demás placeres de este universo (de segundo orden y derivados). Ahora puedo decir que, por ejemplo y bajo mi punto de vista, los videojuegos está en la cúspide de los placeres de Segundo orden. Machacar a un guiri en una partida online sería un placer de tercer orden, derivado de un placer de Segundo Orden (jugar).
Esto implica, fuera de toda duda, que a excepción de la posibilidad de combinarlos (comer mientras se juega, por ejemplo), ponerse hasta arriba de comer estando hambriento siempre superará al mejor juego del mundo, así como cualquier otro Placer de Segundo Orden o inferior.
Ahora, eso sí, fuera de los principales placeres de primer orden, estoy en condiciones de afirmar que jugar es uno de los máximos (yo diría que TOP 5) placeres de Segundo Orden (excepto cuando pierdes).
Es un tema interesante, puede que escriba más en detalle al respecto. Sin duda se trata de un espontáneo fragmento mi visión de la vida, de mi cosmovisión en definitiva.