martes, 17 de mayo de 2011

De entrada...

Bueno estoy orgulloso de presentar mi blog con esta primera entrada. Ante todo quiero decir que todo lo que a partir de este momento sea escrito aquí son cosas que yo pienso de formal personal y subjetiva, sin ánimo de ofender a nadie, simplemente como medio de expresión. Obviamente podéis estar a favor o en contra de ello, y comentar al respecto, pero lo que sí pido realmente es respeto y un diálogo respetuoso.

En este mundo tan humanizado en el que vivimos, socialmente desde los albores de los tiempos, los hombres han discutido, discernido, contrapuesto ideas, peleado, luchado, rebelado, e infinidad de cosas mas que se resumen básicamente en la capacidad que tenemos de adoptar una idea al respecto de cualquier tema, por banal  que parezca, y defenderlo con toda nuestra fuerza. Si el humano no fuera inteligente, no podría adoptar ideas, si no fuera social, no las compartiría, y si no las compartiese, no pelearía o discutiría. Y por último, si el humano no discutiese o pelease, no sería humano.



Por todo ello, y siempre que se guarden las formas, me parece normal, de hecho perfecto y pertinente, que los humanos discutamos. ¿Nunca os ha pasado que discutiendo con alguien sobre un tema relativamente interesante, estando inmersos en la discusión, acalorados pero no por el hecho de estar malhumorado sino por el querer exponer vivamente tus ideas con el objetivo de que la otra persona te comprenda en plenitud, llegue un intermediario a poner paz, cuando evidentemente no es necesario? "No estamos enfadados! simplemente discutimos..." No es malo discutir, como he dicho antes, si se hace desde el respeto. La discusión elevada a la máxima potencia es lo que llamamos actualmente "guerra"! Por qué sino, poniendo un ejemplo radical y controvertido, tuvo lugar la Segunda Guerra Mundial? Fuera de los motivos estrictamente formales que podamos encontrar en los libros de historia y dentro de cada una de las innumerables doctrinas de los trillones de historiadores que podemos encontrar a lo largo del tiempo, es simplemente un choque de ideas. Uno piensa que hay gente que vale menos, o que no vale, y que merece morir o que cierta raza es superior, y los demás, pues no están de acuerdo! Es muy simple.

Todo esto que os acabo de contar trae causa en el intento de explicaros que para mí, en realidad, la discusión, el parlamento, cuyo origen etimológico está en "parler" en francés o, si nos remontamos un poco mas atrás en "Parábola", que quiere decir "palabra" en latín, me parece que es el mejor modo de desarrollarnos como personas y si lo hacemos desde la comprensión, de aumentar nuestras fronteras y cambiar nuestro modo de pensar. Sacar partido a nuestras cualidades y pensamientos, que para algo los tenemos! No sirve de nada tener una opinión y guardársela para sí mismo!

Terminando mi primera entrada en este blog, solo quería animaros a DISCUTIR. Discutamos pues, de cualquier cosa, de cualquier tema. Expresémonos sin miedo a lo que puedan pensar los demás. Seamos libres  de pensar lo que nos de la gana y compartirlo. Hay que desahogarse. Enriquezcámonos mútuamente con distintos puntos de vista... seamos un poco orteguianos... encontremos el punto medio, la perfección!

No hay blanco o negro, sino una EXTENSA gama de grises...



6 comentarios:

  1. buenos dias querido, como soy tu madre no puedo dejar de felicitarte por este interesante blogs en el que nos animas a discutir...¡ discutamos¡..¿ no crees uno debe saber en cada momento de la vida lo que debe centrar sus energias ? la vida es elección, a veces dificil, a veces incomoda, pero es asi... y yo creo que tus energias ahora debíeran estar centradas en estudiar muuuuchooooo derecho... de todas formas y como dirás que hay una inmensa gama de grises ( ¿ de quien oiste eso ?) pues que ¡enhorabuena¡ pero... ¡ esos si¡ dedicale a esto por el momento lo justito ¿ vale? . te adoro

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  2. Antonio, me gusta ser de las primeras en publicar un comentario en tu blog. Me parece estupendo eso de enriquecerse con las opiniones de los demás, y eso del respeto mutuo, pero no dejarás de darme la razón en que en el 90% de las discusiones una parte trata de convencer a la otra de que su idea es la buena o la que vale, y no dejarás de darme la razón en que la mayoría de las discusiones no se comienzan con el objetivo del enriquecimiento de ambas partes, y no dejarás de darme la razón en que muchas de las discusiones no terminan... como te diría... ¿pacíficamente?. En fin creo que la misma palabra "discusión" tiene un regusto a algo no agradable, a enfrentamiento, no se, ya me entiendes. De todas formas, como bien dicen los que me conocen bien, yo soy mas de callar que de hablar y por supuesto nada de discutir; lo que si me gusta a rabiar es aprender y para eso hay que saber escuchar, así es que me encanta tu iniciativa y espero enriquecerme con las discusiones que mantengas. Un besazo de tu tía Amalia

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  3. Lo de la Segunda Guerra Mundial como choque de ideas no me convence. Ortega decía que la Guerra era un método muy eficaz, aunque primitivo, de solucionar conflictos. Ortega tenía ciertos días bajos, como ves, porque andaba acostándose con baronesas y niñas bien de las tertulias. Ladykiller.
    Marías padre, discípulo de Ortega, dijo de la Guerra Civil algo parecido a lo que dices tú de la segunda mundial: que se produjo por un choque lingüístico, en el que unos pensaban que libertad y justicia significaban una cosa y otros, otra. Unos creían que rojo significaba profanador de tumbas, y otros que azul brillantina y caciquismo. Más o menos como ahora, porque la gente sigue sin pillar mucho del bachillerato.

    La cuestión se la había dejado resuelta Aristóteles en su Retórica. Fíjate lo que decía: puesto que discutir es una forma de hallar la verdad, se requiere:
    A- Que ambas partes sepan lo mismo del tema discutido.
    B- Que ambas estén dispuestas a llegar a una solución intermedia o a reconocer que el otro dice la verdad.
    C- A que la discusión no contenga elementos personales de clase alguna.

    (Luego lo dijo Schopenhauer. Schopenhauer es mi héroe).

    Como diríamos ahora: el derecho a opinar está muy bien, y es universal, pero eso no entraña que todas las opiniones valgan lo mismo. Más: si discuten dos personas que no saben lo mismo del tema (discutir de lo que no se sabe es inútil) se produce una relación superior/inferior parecida a la enseñanza, pero sin la autoridad del profesor. Un desastre.

    La Guerra es una destrucción de la idea del otro, una imposición ajena a la verdad. Es lo contrario, precisamente, de discutir: si discutes, mueres. Es además la definición clásica de estupidez: puesto que la inteligencia consiste en poder analizar una idea en el propio cerebro sin dejarse convencer, la guerra es estúpida porque necesita que su cerebro sólo tenga una idea. Las demás, como a lo mejor me convencen, las destruyo. Esa necesidad de destruir todas las ideas menos las propias es el fundamento de la censura, la guerra, la quema de libros y otros ejemplos supremos de imbecilidad humana. Hay muchos.

    A mí discutir me enerva, porque siempre lo hacemos en grado de tentativa. Casi todo el mundo lo hace de mala fe, como apuntaba antes Amalia, y rara vez te encuentras a una persona capacitada para discutir. Séneca escribió: no pelees nunca, porque pelear con alguien más débil es de cobardes, pelear con alguien más fuerte, una locura; y pelear con alguien igual, la incertidumbre. Pelear no es discutir, como escribías tú, pero va por la misma acera. Séneca debía tener pocos amigos, ahora que lo pienso.
    Como eres un tío inteligente-de hecho, una de las personas más genuinamente inteligentes que conozco- tienes necesidad de método dialéctico. Claro. Pero sucede que la gente opina que alguien tiene razón cuando expresa de un modo asequible para ellos lo que ellos ya estaban pensando. O sea: la gente quiere tener razón y opinión, sin razonar ni pensar. Discute un poco en clase y dime cuántos tipos de una promoción de más de cien superan filosóficamente a un agapornis.

    No es por ponerme agorero, pero estás condenado a discutir muy poco. Cuanto más sepas y pienses, más insoportable te resultará aguantar la estupidez. Cuando alcanzas el cinturón negro de discutidor no puedes discutir con nadie. Es un rollo, y te llamarán de todo menos bonito. Nadal puede echarse un partidillo conmigo y partirse de risa, pero al rato dirá: no, venga, en serio, esto NO es tenis.
    Pero vaya, sí: daría gusto vivir en un mundo en el que de verdad se pudiera discutir, sin tener que pagarle cien patadas al significado de la palabra.

    P.S: Suerte y ánimo con el blog, lo seguiré con interés. ¡Y ponte a estudiar que ya es época, sinvergüenza!

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  4. Está claro que no siempre lo de discutir sale bien, y estoy muy de acuerdo con lo de discutir con alguien del mismo nivel, pues me di cuenta en la playa que cuando intentaba tener una conversación de algún tema de leyes o política con alguien que ademas de ser 1 año menor que yo, solo habia dado un pellizquín de historia de España, era imposible porque me argumentaba con falsas objetividades, y quiméricas subjetividades, basadas en esas falsas objetividades... el elemento objetivo debe ser cuanto menos parecido, y en este caso concreto, tendría que haberle enseñado y por tanto seguramente habría quedado adoctrinado, y no tendría fin esa discusión!

    Me siento alagado por estos comentarios y que haya tenido tan buena recepción este blog!! muchas gracias!! :)

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  5. Discutir de leyes en la playa es muy vocacional.

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